Abril 2018. Cultura política y poder en Nicaragua
Abril de 2018, cuando se produjo el estallido social iniciado el 18 de ese mes, es posiblemente el evento político más significativo en la historia republicana de Nicaragua. Este estalido es resultado de un proceso que comenzó a gestionarse desde finales de la década de los 70 del siglo pasado. El proceso se desarrolló a lo largo de un camino sinuoso y una consciencia ciudadana parcial que conflictuó y cuestionó una cultura política autoritaria y excluyente, una cultura política que se arrastra a lo largo de nuestra historia post colonial.
Este conflicto político-cultural enfrentó dos paradigmas entorno de la gestión y uso del poder. Por un lado, el Paradigma de la Contradicción donde «el «uno» considera al «otro» como un enemigo al que hay que vencer y eventualmente destruir, pues su sola existencia amenaza y se opone a lo que interesa y conviene al «uno»». Por el otro, el Paradigma de la Diferencia donde «todos los «unos» existentes en la sociedad, reconocen y aceptan la existencia de todos los «otros» no solamente en términos de aceptación como realidad, sino también en términos de “sujetos sociales reales, con derechos iguales” como señalaron Baca et Al en su escrito «Nicaragua en crisis: entre el paradigma de la contradicción y el de las diferencias» en 2018.
Ambos paradigmas enfrentan conflictos, que son social y humanamente imposibles de evitar por la diversidad de intereses, pero los abordan y los resuelven de manera sustancialmente diferentes. Sobre esto se reflexiona en «¿Por qué se sostiene la autarquía de Nicaragua? ¿Por qué sus opositores no son todavía una oposición real ni una alternativa viable?«.
Este uso y gestión del poder tiene consecuencias en el marco institucional que se construye y refleja en el sistema político. Esta expresa las tensiones que ha recorrido el cambio de paradigma de la cultura política las últimas casi cinco décadas, con cambios institucionales que abrieron camino a la transformación de la percepción de «pueblo» de la cultura política post colonial a la consciencia «ciudadana» de la cultura política emergente. Esta tensión llevó al estallido social de abril de 2018. Esta reflexión la presentamos en «Cultura política, sistema político y ciudadanía – Elementos para una nueva construcción de sociedad-comunidad en Nicaragua«.
Hoy por hoy el panorama parece desalentador. El paradigma de la contradicción ha barrido los espacios políticos a las expresiones del paradigma de la diferencia al punto que ha llevado la última versión de la constitución nicaragüense a estándares pre-republicanos en el movimiento más conservador y retrógrado que se tiene registro en la historia nacional. Pero el exceso de represión, las muestras ostentosas de poder y la intolerancia dejan más que claro que los elementos de la nueva cultura política no ha desaparecido, está reconfigurada en una resistencia de catacumbas donde sigue gestándose.